MILAGRO JAPONÉS

 

MILAGRO JAPONÉS

Es el término utilizado por economistas e historiadores para designar el periodo de gran desarrollo económico en Japón posterior a la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias de la derrota japonesa y de los bombardeos estadounidenses habían dejado al país devastado y arruinado totalmente.

A esta circunstancia había que añadir la escasez de materias primas, así como las características geográficas de las islas que forman Japón. Como dato reseñable, tan solo el 14% de su superficie es cultivable.


Sin embargo, a partir de 1960 y hasta la década de los 80, el país asiático conoció unos índices de crecimiento económico que lo convirtieron en la segunda potencia mundial, tan solo superados por los EE.UU.

Muchos expertos afirman que las causas de este crecimiento habían comenzado a implantarse antes de la guerra, cuando Japón modernizó sus estructuras con la Revolución Meiji, pero el conflicto paralizó esos avances.

Causas

  • La Segunda Guerra Mundial dejó a Japón prácticamente arrasado. Se calcula que un cuarenta por ciento de sus ciudades fueron destruidas y que millones de ciudadanos murieron. En el ámbito económico, la renta per cápita descendió abruptamente.
  • Las bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki provocaron la inmediata rendición de Japón. Los vencedores, Estados Unidos, tomaron el mando de la situación y cambiaron el sistema político en gran medida.
  • El país había acometido ya una serie de reformas antes de la guerra. Se trató de la Restauración Meiji, que produjo hasta un 600% de crecimiento en la producción industrial a finales del siglo XIX y principios del XX.
  • Sin embargo, la recuperación tras la guerra fue mucho más espectacular y lo economistas empezaron a denominarla “Milagro japonés”.

La ayuda norteamericana

Estados Unidos, como potencia ganadora de la guerra, empezó pronto a ayudar a Japón a recuperarse. Por una parte, empezaba la Guerra Fría, y Japón tenía una posición privilegiada frente a China y a la Unión Soviética. Por otra, era un nuevo mercado para los productos estadounidenses. En un principio, Estados Unidos impuso unos objetivos de austeridad muy duros. Trataba con este plan de contener la inflación. De igual manera, introdujo tecnología avanzada, además de capitales. Por último, ayudo a potenciar el comercio japonés en todo el sudeste asiático.

Dentro de Japón, Estados Unidos encontró el apoyo de la burguesía, deseosa de ganar poderío económico. Se instauró una democracia liberal y se abrió en el país la base militar estadounidense más importante, Okinawa.

Aunque en 1951, con el Tratado de San Francisco, acabó oficialmente la ocupación estadounidense, lo cierto es que continuó influyendo en el gobierno del país.

Consecuencias

  • Una de las figuras más importantes en el milagro japonés fue Hayato Ikeda, Primer Ministro de la nación en los años 60. El político diseñó un programa de crecimiento económico fundamental para el éxito japonés.
  • Ikeda se propuso como objetivo doblar la renta nacional en solo 10 años. En la práctica, lo consiguió en la mitad de tiempo. A partir de entonces, Japón creció a un ritmo cercano al 13/14%.
  • Los datos de crecimiento alcanzaron una media de una 5% durante los años 60, un 7% en los 70 y un 8% en la década de los 80.

Nuevos modelos de organización

El milagro japonés estaba, en gran parte, basado en nuevos modelos de organización y funcionamiento en la industria. La gestión del trabajo supero al sistema fordiano estadounidense y fue exportado a otras partes del mundo.

Toyota, empresa en la que se aplicaron numerosas técnicas de gerencia, se convirtió en sinónimo de productividad. Herramientas como el Just in Time, el Kanban, el Kaizen o los Círculos de Calidad, estaban basadas en una mezcla de antiguas tradiciones japonesas y postulados de la organización científica.

Aparte de este nuevo modelo de producción, el milagro japonés introdujo conceptos como el empleo vitalicio, que fortalecía la vinculación entre los obreros y la empresa, o el trabajo en equipo. Por último, también hacía mucho hincapié en la versatilidad de los trabajadores, en su calificación y en su participación.

Desarrollo de la industria

El sector en el que mejor se contempla el milagro japonés fue la industria. En dos décadas, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Japón tenía la mitad del tonelaje marítimo del mundo, era el tercer país productor de acero y de vehículos de motor y el segundo en electrónica.

En diez años, de 1962 a 1972, el Producto Interior Bruto pasó de ser una quinta parte del estadounidense a un tercio del mismo. Su excedente comercial se quintuplicó para principios de los 70, siendo también el primer país en construcción naval, en producción de motos y televisores y el segundo en automóviles y fibra sintética.

Otra estrategia seguida por las empresas niponas fue el uso de lo inventado en otros países. Como ejemplo, Sony usó la patente de los transistores de las prótesis auditivas para construir radios portátiles.

Por último, destacó la gran automatización en la industria, así como la utilización de las Nuevas Tecnologías y la robótica para conseguir mejores resultados y productividad.

Crisis del modelo

El éxito japonés sufrió un parón a partir de la década de los 90, comenzando la llamada década perdida. La economía se estancó, situación que aún persiste. El comienzo de esta crisis se debió al estallido de una burbuja financiera e inmobiliaria propiciada por su actuación como banquero global.

Igualmente, el envejecimiento de la población y la aparición de los llamados “tigres asiáticos” también hicieron ralentizar la economía del país.

Durante años, la situación japonesa se ha mantenido equilibrada, con cifras que lo sitúan en deflación. Las políticas gubernamentales no han logrado, hasta este momento, volver a situar al país en la senda del crecimiento.

En el plano social, por otra parte, los avances no fueron a la misma velocidad que en la economía. Destacan, negativamente, las cifras de suicidio, la falta de derechos de las minorías, y los problemas de la juventud en cuenta a la percepción de felicidad.



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