CHINA Y SUS REFORMAS ECONÓMICAS A PARTIR DE LA CAÍDA DE LA ÚLTIMA DINASTÍA

CHINA Y SUS REFORMAS ECONÓMICAS A PARTIR DE LA CAÍDA DE LA ÚLTIMA DINASTÍA.

La historia económica de China cubre miles de años, y la región ha experimentado la alternancia de ciclos de prosperidad y decadencia. China, durante los dos últimos milenios, fue una de las economías más avanzadas del mundo. Los historiadores Económicos suelen dividir la historia de China en tres periodos: el pre-imperial corresponde a la época de antes de la subida de la dinastía Quin; el imperial temprano desde Qin hasta la dinastía Song (221 aC a 960 dC.




El comercio y el comercio prosperaron en esta economía liberalizada, y fueron ayudados por la construcción de canales, carreteras y puentes por parte del gobierno Ming. Los Ming vieron el surgimiento de varios clanes de comerciantes, como los clanes Huai y Jin, que disponían de grandes cantidades de riqueza.



Los manchúes hicieron del siglo XVIII un periodo de paz y prosperidad sin en China; la población se duplicó, pero la producción fue incapaz de expandirse al mismo ritmo. A finales del siglo XVIII, la situación económica del campesinado chino empezó a declinar. Los recursos financieros del gobierno estaban mermados por el coste de la expansión exterior y a finales del reinado de Qianlong estaban casi agotados por la corrupción oficial.

Las tropas manchúes situadas a lo largo de toda China fueron una causa más de deterioro de la economía fueron poco capaces de empuñar las armas en su propia defensa.



A finales del siglo XVIII los manchúes aceptaron con reservas las relaciones comerciales con Occidente; el comercio estaba limitado al puerto de Cantón y los comerciantes extranjeros tenían que llevar a cabo sus intercambios comerciales a través de un número limitado de comerciantes chinos (sistema del Cohong).



Los países más activos eran Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, aunque el comercio británico era el más importante. Inicialmente el balance comercial era favorable a China, pues Gran Bretaña compraba té y hacía sus pagos en plata. Para invertir la balanza comercial, durante la década de 1780, los comerciantes británicos introdujeron en China opio procedente de la India.



Hacia 1800 el mercado del opio se había desarrollado muy rápidamente y la balanza comercial se había inclinado a favor de Gran Bretaña. La pérdida de la plata china como resultado del creciente comercio del opio agravó las dificultades fiscales a las que ya se tenía que enfrentar el gobierno Qing. (Dinastía Manchú, s.f.)


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